Algunas reflexiones de la Diputada Nacional Susana García
La exposición del Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, ratificando las políticas que se han implementado en materia de comercialización de granos y carnes, reflejó el sostenimiento de medidas y anuncios incumplidos dejando, además, incertidumbre sobre la gestión de la política agropecuaria.
Tras reconocer ciertos los problemas de comercialización del trigo, la dificultad en la tipificación de productores, la baja del Registro de Operadores de Granos de muchos pequeños y medianos productores y el creciente grado de endeudamiento de los productores, nos quedamos sin respuesta a la hora de conocer qué medidas se adoptarán para resolver esas cuestiones.
No alcanza con el argumento esbozado por el Ministro en varias oportunidades afirmando la importancia de elevar la estructura de Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación a Ministerio. Es necesario adoptar políticas públicas activas que promuevan el desarrollo agroalimentario nacional, garantizando que los canales de intervención respeten la legalidad, justicia e igualdad social plasmados en nuestra Carta Magna.
En realidad el problema de la política agropecuaria actual no tiene que ver sólo con una cuestión de estructura ahora ministerial, sino con el sostenimiento de un modelo agropecuario que ha fracasado en la búsqueda de la armonía entre producción, equidad social, cuidado del medio ambiente y garantía de la seguridad alimentaria.
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